Recientes

6/recent/ticker-posts

*Lúdica muñequera*

38-6

*Lúdica muñequera*

Henys Peña (julio 2022)

El tiempo está a favor de los pequeños

de los desnudos, de los olvidados

el tiempo está a favor de buenos sueños

y se pronuncia a golpes apurados

(Silvio R. en “El tiempo está a favor de los pequeños”)

 

Llegan ecos de recuerdos y figuras de trapo, subyace la voz de Alí y los números 02-02-42 y 02-02-12 como dictando un cifrado, a diez años de la partida a vanguardia de Zobeyda. Anuncian esos ecos desde un tiempo que se dobla y hace del pasado presente, la pertinencia del hacer cotidiano, dotado de profundo amor por todos, se hace síntesis el amor entre trozos de trapos, aguja, hilos y cordones. Me pongo en la tarea de armar una muñeca para compartir también mi amor con todos.

 

Didáctica de trapos

 

Avanzar en esta tarea, con gran torpeza, hace que la niña Zobeyda, se siente a mi lado, viendo, sonriendo. Entonces entiendo, se trata de un juego, una práctica, una búsqueda permanente, que se teje en la agilidad adquirida por las manos, como artesano, así como la reflexión en silencio, herramientas en mano, o viendo en la obra de otros o los libros, las claves de las pequeñas manchas que quedan en el trapo.

 

Es una didáctica que ha roto con toda lógica mercantil, de consumo, de producción en serie, para ser “producción en serio”. Asunto serio este de no venir a parafrasear al Chino Valera Mora. Vago, y vagan las ideas, hilo en mano. Quizás si explico que quien mira el amanecer ebrio de amigos sabe lo que es la amistad, así quien cose primero con desenfreno, pero luego con la calma del tiempo que se ha detenido, y deja vagar su mente, descifra la didáctica que hay tras esos trapos, de los que poco a poco emerge una muñeca.

 

Con la primera destreza, emergen los nuevos retos, ahora entiendo, se puede hacer cualquier muñeca, de cualquier forma, allí están esperando una mano dispuesta, son como niños, nacen y crecen, con alma y albedrio propio, pero requieren de una mano, una caricia, una mirada, un abrazo. Ya no solo se sienta a mi lado la niña, sino que la he vistos crecer, convertirse en adolescente, joven, con la radiante belleza de quien se asoma a la vida.

 

Las muñecas como maestras

 

Sería fácil decir que sus primeras alumnas fueron las muñecas, seguramente algún poeta bien intencionado habrá recurrido a esa “figura poética”, lamento contradecirle, fue ella alumna de las muñecas, mientras me esfuerzo borrando los rastros de mis gotitas de sangre de los trapos, que ya empiezan a tomar forma. Nuevamente vago, siento, pienso. Quizas Zobeyda resolvió ese asunto de los pinchazos con el dedal. Tomo nota, para consultar luego.

 

Sería de todas, o algunas ¿Cuáles? de tantas muñecas, de las que adquirió el deseo de ser maestra, enseñar a otros lo que de ellas había aprendido. Pues en todo docente hay un docente del que se adquirió ese deseo, esa voluntad impetuosa, que se sobrepone a los pésimos ingresos, que se adapta a cierto tipo de estoicismo.

 

Estética de la liberación

 

Esos largos videos del maestro Dussel (Enrique) en YouTube, en el período más intenso de la pandemia del Covid19, abordando su cátedra en la Universidad Nacional Autónoma de México “Estética de la liberación”, dan pie a reinterpretar el recorrido emprendido por Zobeyda, lo que para unos podría ser fantasía, por su colorido y alegría, ilustra en realidad la reinvención mediante la creación, siendo el proceso de creación más relevante que el producto final (terminado), quizás una de sus muñecas “Eusebia” discrepe, y nos recuerde que fue de su mano que entró al mundo de la “cultura”.

 

Lo que encontré no es lo que buscaba

 

… el sueño se hace a mano y sin permiso

arando el porvenir con viejos bueyes

(Silvio R. en “Llover sobre mojado”)

 

Quizás esté equivocado, quizás lo tenga todo mal y esté confundido. Quizás este fin de semana largo, de hilo, aguja y trapos, sin dedal, me llevó a una deriva muy distinta a la que condujo a Zobeyda, que no dedicó unas pocas horas, sino toda su vida a las muñecas, y los ecos del tiempo solo me desorientaron. Pero aun en el peor de los casos lo que es firme, cierto y definitivo, es que este ejercicio, que además me alejó por casi tres días del teléfono, y que les invito a realizar, pone en perspectiva el tiempo y el hacer. La incertidumbre ilumina la búsqueda.

Publicar un comentario

0 Comentarios